Requiem
Tomás Luis de Victoria (1548-1611). Victoria’s Officium Defunctorum (1605) is the most representative mass of Spanish renaissance polyphony, drawing the attention of scholars and performers across the world.
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Description
REF.: CDM 0615
EAN 13: 8216116206157
Edited : 16/03/2006
Texts:
Ignacio Deleyto Alcalá
Sound engineer, mixing and edition: Jorge G. Bastidas
Cover: Antonio de Pereda’s El sueño del caballero detail. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Graphic design: Annabel Calatayud
Legal deposit:V-1046-2006
DDD: 50’18”
Capella de Ministrers
Cor de la Generalitat Valenciana
Carles Magraner, dirección
Elisa Franzetti /Pilar Esteban, sopranos
Alicia Berri, contralto
Josep Benet /Pedro Castro, tenores
Tomás Maxé, bajo
Jordi Comellas, viola
David Antich, flauta
Paco Rubio, cornetto
María Crisol, bajón
Jordi Giménez / Elies Hernándis, sacabuches
Ignasi Jordá, órgano
Pau Bellester, percusión
Jacqueline Squarcia / Immaculada Buriel, sopranos
Erika Escribá / Dulce Vila, mezzosoprano
Asunción Deltoro / Marián Brizuela, contraltos
Rafael Ferrando / Antonio Gómez, tenores
Joan Valldecabres / Ricardo Sanjuán, barítonos
José Poveda / Luis Gonzalo, bajos
Tomás Luis de Victoria (1548-1611): Officium Defunctorum 1605
1- Lectio
2- Introitus
3- Kyrie
4- Graduale
5- Offertorium
6- Sanctus – Benedictus
7- Agnus Dei
8- Communio
9- Motectum
10- Responsorium
1 CD – DDD – TT: 50′ 18
Pere Rabassa (1694-1760)
Lamentación II de Feria V. Solo de tiple con flautas dulzes
DDD: 68′ 37
At the beginning of December of last year, the commemorative events of the fourth centenary of the publication of Quijote culminated in New York with an interpretation of the Mass of Requiem or Officium defunctorum by Tomás Luis de Victoria.
The concert took place in the Cathedral of San Patricio and was interpreted by Capella de Ministrers and the Choir of the Generalitat Valenciana, directed by Carles Magraner. Some Spanish newspaper titled the news: “New York discovers Tomás Luis de Victoria”, something that may seem exaggerated, because the great polyphonist from Ávila is sung by all the choirs of the world.
But, in a certain way, the version of these two Valencian groups, the one vocal and the other instrumental, throws new light on a composition that, for many reasons, presents technical aspects of a great modernity. Written in 1603 (four years before the Orfeo de Monteverdi) it endorses, with its daring intervals and the spectacular changes of harmonic climate, what one of its greatest scholars, Father Samuel Rubio, affirmed, when referring to the “harmonic richness and the modal dissolution, with whose use Victoria is ahead of its time, practicing, more than announcing, an authentic Baroque art.”
The version of Capella de Ministrers and the Choir of the Generalitat Valenciana, so intense and robust, has led me to evoke that historic moment of our culture, for some the swan song not of its author, but of a country and a monarchy . Post scriptum The album is accompanied by excellent notes by Ignacio Deleyto Alcalá.
El Officium defunctorum está escrito a seis voces. En la edición de Juan de Flandes (Madrid, 1605), el cantor veía en los folios, a su izquierda, las partes de cantus primus, tenor primus y tenor secundus. A su derecha quedaban las destinadas al cantus secundus, altus y bassus. Carles Magraner utiliza en esta grabación dos sopranos, un contralto, dos tenores y un bajo, reforzados con dos voces más en cada caso (18 cantores en total) y, lo más sorprendente, ocho ministriles, a saber: viola, flauta, cornetto, bajos, dos sacabuches, órgano y percusión. La Capella de Ministrers hace honor a su nombre y se luce al enriquecer la trama polifónica, otorgándole solemnidad. Ocurre, por ejemplo en la bella introducción a la Lectio II Taedet animan meam, esa escueta declamación nota contra nota y solo a cuatro voces, de carácter procesional y realmente sobrecogedora en su desnuda expresividad. Solemnidad y grandeza que reaparece en el responsorio Liberame, en el Agnus, en la Communio…
Como es sabido, el Réquiem de Victoria se escribió a la muerte de la emperatriz María de Austria, viuda de Maximiliano II, ocurrida el 26 de febrero de 1603. Victoria había escrito ya una misa Pro defunctis, a 4 voces, publicada en 1583 y más tarde, en 1592. Ambas ediciones en Roma. Las diferencias entre esta y la de 1605 que comentamos, son pequeñas. Las dos se basan en el mismo cantus firmus y cada parte es precedida por la correspondiente entonación gregoriana.
Seguramente el compositor preparó pronto esta nueva versión, pero no creo que se pudiera cantar en los funerales organizados por el Ayuntamiento de Madrid poco antes de finalizar el primer mes desde el fallecimiento de doña María. El estreno se realizó –no sabemos si total o parcialmente- el jueves 21 de abril de aquel año de 1603 en el funeral organizado por la Compañía de Jesús en la madrileña iglesia de la Compañía. Este templo, llamado de San Pedro y San Pablo, se alzaba en la calle de Toledo, donde más tarde se erigió la hoy Colegiata de San Isidro. Los funerales, muy ostentosos, duraron casi una semana. El túmulo lucía una esplendorosa iluminación, con figuras y jeroglíficos, entre ellos el águila bicéfala en medio de dos águilas unicéfalas que simbolizaba a Doña María y a sus dos hijas reinas, es decir, a Ana (casada con su tío Felipe II) y a Isabel (casada con Carlos XI de Francia).
El catafalco, que representaba a la emperatriz sobre su ataúd, se colocó ente el coro y el altar mayor. El rey Felipe III, con ropaje de luto y negro plateado, su prima la princesa Margarita, dedicataria de la música de Victoria, las monjas del Monasterio de las Descalzas Reales y altos dignatarios de la Iglesia y de la Corte, se apiñaron en las naves del templo para rendir póstumo homenaje a la hija del Emperador Carlos V. Madrileña, nacida el 21 de junio de 1528 y madre de dos espectadores (Rodolfo II y Matias de Habsburgo) y un rey (Alberto, rey de los Países Bajos) entre sus catorce hijos, la emperatriz María de Austria renunció a las vanidades y fastos de su alcurnia para ser una monja oblata en las Descalzas Reales de Madrid.
La honda partitura de Victoria se alzó en ocasión tan especial para él (doña María había sido su gran protectora) con toda la pompa que su sabia arquitectura polifónica, tan extremadamente cuidadosa con el texto, merecía. La versión de Capella de Ministrers y el Coro de la Generalitat Valenciana, tan intensa y robusta, me ha llevado a evocar aquel histórico momento de nuestra cultura, para algunos el canto de cisne no ya de su autor, sino de un país y una monarquía.
Post scriptum. El disco se acompaña de unas notas excelentes de Ignacio Deleyto Alcalá.
Andrés Ruiz Tarazona
Additional information
Weight | 102 g |
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