Il Barbaro Dolore

A pesar del incipiente y productivo interés que en los últimos años ha despertado entre algunos musicólogos e intérpretes, podemos afirmar que la música española del siglo XVIII continúa siendo una de las grandes desconocidas para el aficionado medio. La falta de grabaciones de calidad, derivada en numerosas ocasiones de la carencia de transcripciones musicales de las partituras originales, ha contribuído en buena medida a ensombrecer un panorama que de por sí ya se presentaba bastante oscuro hasta fechas muy cercanas. Sin embargo, la aparición de compactos como el que ahora nos presenta CDM no sólo vienen a intentar rectificar la deuda histórica con nuestro inmenso y aún inexplorado patrimonio musical, sino que también confirma la excelente calidad de muchas de las partituras que hasta ahora mismo han permanecido en el silencio de archivos y bibliotecas.

El violonchelista valenciano Carles Magraner, que ha realizado para esta grabación un magnífico trabajo de revisión y transcripción de las partituras originales, se pone al frente de la Capella de Ministrers para ofrecernos un interesante y atractivo recorrido por el arte musical de la España de los primeros Borbones, una época fascinante cargada de desafíos políticos, culturales y artísticos. Nombres como los de Martín y Coll, Carlo Broschi Farinelli (1705-1782) y Nicola Conforto (1718-1788), italianos éstos dos últimos de nacimiento, pero españoles de adopción, Joan Baptista Pla (h. 1730-1785), Anna María Martínez (1744-1812), una excelente compositora de padre español aunque formada en Viena, y sobre todo, Domingo Terradellas (1713-1751), autor dotado de unas cualidades musicales excepcionales que le llevaron a desarrollar en Italia una carrera operística similar a la del gran Jommelli, y por las que merecería más de un disco monográfico, ejemplifican a la perfección la evolución experimentada por la música española en el siglo XVIII, desde el estilo todavía barroquizante de la Suite española (1706) de Martín y Coll, al galante y sensual del resto de autores, donde las arias brillantes y los movimientos cantabiles del concierto favorito de Pla (h. 1765) nos recuerdan mucho a los grandes maestros del clasicismo vienés.

La Capella de Ministrers ha conseguido convertirse en los últimos años en una de las formaciones musicales historicistas más importantes del panorama nacional. Sus interpretaciones, tanto si abordan el repertorio medieval, el renacentista o el barroco, son la consecuencia del trabajo serio y constante y por ello resultan plenas de elocuencia y rigor filológico. La calidad de sus instrumentistas, donde figuran nombres como los de Fernando Paz a las flautas, Octavio Lafourcade a la guitarra barroca o Ignasi Jordà al órgano, unida ahora a la encantadora voz de Ruth Rosique, una de las sopranos españolas más prometedoras, nos hacen esperar con auténtica impaciencia futuras incursiones en el rico y desconocido legado musical español del siglo XVIII.

Un nuevo acierto de la Capella de Ministrers.

Francisco de Paula Cañas Gálvez