Capella de Ministrers en Algemesí

Capella de Ministrers lleva la música en tiempos de Ausiàs March a Algemesí (Valencia)

El grupo valenciano Capella de Ministrers actua el domingo 4 de noviembre en el Teatro Municipal de Algemesí con el programa Fantasiant: Música i poesia per a Ausiàs March, un repertorio renacentista con la música de autores coetáneos al poeta (Joan Brudieu, Enrique de Paris, Juan Cornago, Margarita de Austria…) que representan el esplendor del siglo de oro de la antigua Corona de Aragón. 

El concierto será interpretado por Pilar Esteban (soprano), José Hernández Pastor (contratenor), Ignasi Jordà (clave), bajo la dirección de Carles Magraner (viola) y tendrá lugar a las 19 horas en el teatro de la localidad valenciana.

Las entradas para el concierto podrán adquirirse en las taquillas del Teatro (C/ Lepanto, 3 de Algemesí) una hora antes del concierto, por teléfono en el 902 115 577 y por internet en www.entradas.com

Fantasiant nos retrotrae a los tiempos en los que la música hispana (de la antigua corona de Aragón, más concretamente) se europeizó, en uno de sus períodos más brillantes. La excusa: el homenaje necesario a Ausiàs March, ese nombre que todos leímos en los libros de texto de historia de la Literatura, que ahora se hace carne precisamente a través del arte menos tangible que hay: la música.

La corte de Alfonso el Magnánimo fue el escenario de este salto cualitativo, al que la formación encabezada por Carles Magraner rinde tributo con una presentación excelente. En la corte aragonesa de Nápoles, en Valencia, Barcelona y en todas las ciudades del reino de Aragón, la música que sonó en los dos últimos tercios del siglo XV no pudo ser muy distinta entre sí, aunque desde 1443 y, al menos, hasta mediados de la década de los setenta, Nápoles actuara como centro y el resto del reino aragonés como periferia. Un centro a la vanguardia de la música europea de la época, franco-flamenca e italiana sobre todo, en el cual, junto a las canciones sonaron las danzas, unas veces adaptaciones de la música vocal y otras piezas de factura nueva creadas por los ministriles al servicio de la corte de Alfonso el Magnánimo, con el cual se abre uno de los capítulos más brillantes de la historia del reino aragonés tanto en el terreno político como en el cultural. Hijo de Fernando I de Antequera y de Doña Leonor de Alburquerque, supo hacer realidad un sueño: convertirse en uno de los príncipes del Renacimiento no ya en suelo hispano, sino en Italia, tras la conquista del reino de Nápoles.