La Madrileña
Vicente Martín y Soler (1756-1806). En 1996 Carles Magraner y Capella de Ministrers grabaron la zarzuela de Vicente Martín y Soler La Madrileña, y ésta es la reedión que se hizo en 2004. Este registro de la versión presentada en Madrid en 1778 marcó uno de los jalones más importantes en la recuperación de la obra del compositor valenciano, que, como es bien sabido, llegó a eclipsar al mismísimo Mozart en la Viena de su época.
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Descripción
REF.: CDM 0410
EAN 13: 8216116204108/p>
Textos:
Víctor Pagán; Carles Magraner
Ingeniero de sonido, mezclas y edición:
Alfonso Ródenas
Portada:
Detalle de La Gallina Ciega, Francisco de Goya. Derechos reservdos – Museo del Prado
Diseño y maquetación:
Annabel Catalayud
Depósito legal: V-3930-2004
DDD:75’48»
Editado : 20/10/2004
Capella de Ministrers
Carles Magraner, dirección
Violante: Olga Pitarch, soprano
Pipo: Miquel Ramon, barítono
Caballero: Antoni Aragón, tenor
Menica: Patricia Llorens, soprano
Fabricio: Santiago Santana, barítono
Anselmo: Ricardo Sanjuan, tenor
Josep R. Gil-Tàrrega, Dirección de orquesta
Isabel Serrano, violín concertino
Marisa Esperanza, Fernanda Taixeira, flautas
Jordi Argelaga, Melitón Cuadrado, oboes
Alberto Santi, fagot
Vicent Giner, Vicente Navarro, trompas
Mariette Holtrop, Xavier Carrau, Jan-Pieter Van Coolwijt, Carles Fibla, Carmen Gutiérrez,
Hans Lub, Enric LLorens, Leonardo Rodríguez, Jose Manuel Villareal, violines
Marial Moreiras, Sergi Martí, Jose Manuel Navarro, violas
Carles Magraner, José Alvarez, Jose Leonardo Luckert, violoncellos
Juan Ruiz, contrabajo
Octavio Lafourcade, guitarra
Ignasi Jordà, clave
Lluís Osca, percusión
Vicente Martín y Soler (1756-1806)
El tutor burlado o La madrileña (Madrid, 1778)
Zarzuela en dos actos y en verso
1 CD – DDD – Digipack – Duración total: 75′ 48»
Historia de una transformación
He aquí una breve historia sobre el primer triunfo de un compositor que quería ser famoso. Este primer éxito le bastó para salir fuera de España. Ya en el extranjero, los siguientes lo fueron llevando cada vez más lejos hasta que al final le fue imposible volver. Sin embargo este éxito que lo alejó, hizo posible que ésta, su primera obra teatral, permaneciera en su país.
En la ciudad de Valencia el arzobispo Andrés Mayoral suspendió todas las representaciones de ópera en el Corral de l’Olivera (Casa de las Comedias) durante el período comprendido entre 1748 y 1753, por creer que fueron el origen de los terremotos que asolaron la ciudad durante esos años, camuflando con este argumento la inmoralidad y competencia que el clero veía en las representaciones teatrales. El zamorano Mayoral adquirió después la Casa de las Comedias de Valencia para derribarla y construir unas viviendas, dejando a la ciudad sin teatro hasta que en el año 1761, y previa autorización real de Carlos III, se representara de nuevo en Valencia en la Botiga de Baldà, antiguo almacén propiedad del Ayuntamiento que se acondicionó para tal menester.
La vida teatral valenciana entre los años 65 y 75 del siglo XVIII fue de apogeo. Así se justifica si se observan el número de óperas representadas, los escritos musicales editados y la diversidad de sus autores, la mayoría de ellos italianos (Francesco di Maio, Nicolo Piccinni, Baltasar Gallupi, Pietro Guglielmi, Tomás Trajetta, David Pérez, entre otros). De entre los músicos que visitaron la ciudad del Turia en este decenio destacamos a Luigi Bocherini quien, en noviembre de 1768, y recién llegado a España con la que sería su futura mujer Clementina Pellicia, interpretó un aria por él compuesta en la ópera de di Majo L’Almeria. La restauración de los espectáculos teatrales en la ciudad de Valencia se hizo de manera progresiva, haciéndonos una breve idea de la vida musical que respiró e influyó a Martín y Soler en su juventud y durante el período que situamos entre 1765 y 1775, año en el que estrena en Madrid Il tutore burlato suponiéndole ya residente en la capital de España. Aunque en más de un diccionario se cita I due avari como la primera ópera que el valenciano Vicente Martín y Soler compuso y estrenó, hasta ahora no ha aparecido el libreto, ni la partitura. En su lugar se encuentra, debidamente catalogada por el nombre de su autor. Il tutore burlato, ópera bufa en tres actos, de 1775, que se halla en el fondo de música de la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid (BHM Mus 189-6).. En ninguna de las fuentes en que se incluye esta obra, se advierte una característica muy especial, ya que, es necesario examinarla para descubrir que además de una ópera en italiano, se trata también de una zarzuela con texto en castellano. Es la única obra de Martín y Soler cantada en los escenarios de la Corte, con esta particularidad.
Sin embargo, la transformación de Il tutore burlato en la zarzuela El tutor burlado, mejor conocida como La madrileña, es en realidad un caso común dentro de las prácticas del teatro lírico español de los años sesenta y setenta del siglo dieciocho. El carácter excepcional se subraya si recordamos que el resto de las obras (manuscritos o impresos), de su autor, pertenecientes a su provechosa carrera por Italia, Austria, Gran Bretaña o Rusia, se encuentra disperso por todo el continente.
Con Il tutore burlato nuestro compositor, que entonces tenía poco más de veinte años, se presentó en la corte de Carlos III, demostrando poseer soltura y gracia en el manejo del lenguaje teatral. El estreno tuvo lugar en una velada veraniega en el hoy desaparecido Coliseo de San Ildefonso, en La Granja, con un reparto desconocido. Pero los intérpretes, sin duda, debieron ser los de la compañía italiana que cantaban las obras de repertorio en el Real Sitio. La partitura revisada nos ha servido para la recuperación de la versión españolaque presentamos de la obra y de la cual existen ejemplares manuscritos anónimos del texto en castellano, conteniendo las censuras y aprobaciones correspondientes a la segunda representación hecha en julio de 1778 bajo el título de «Zarzuela La madrileña o el tutor burlado para la compañía de Manuel Martínez» (BHM Tea 57-14). El texto de Il tutore proviene de un libreto italiano que entonces estaba de moda, La frascatana, del poeta veneciano Filippo Livigni. En la adaptación anónima que empleó Martín y Soler, en 1775, se eliminaron personajes y escenas, pero en esencia se mantuvo la trama lo que le permitió crear esta pequeña joya de la escena española. Los argumentos de estas simpáticas óperas siempre se parecen entre sí, en este caso es el clásico guardador enamorado de su pupila, a la cual aisla de toda comunicación con las gentes, llevándola a una casa de campo, el resto del relato se repite hasta la saciedad con múltiples peripecias y el mismo final feliz.
Encontrándose Martín y Soler en Nápoles, la partitura de Il tutore cayó en manos de Manuel Martínez, a la sazón empresario del Coliseo de la Cruz, quien se ocupó de encargar la transformación de la ópera en zarzuela (BHM: Mús 57-14). En uno de los tres ejemplares manuscritos del libreto en castellano, que Martínez preparó, están todos los números cantados, las censuras y las aprobaciones: Madrid, 7, 8, 20 de julio de 1778. También se redactó un Guión de música y dos Quintos o Quintetos que corresponden a los concertantes finales de dicha zarzuela (BHM: Tea 189-6).
Con el guión de música que se conserva se puede reconstruir el reparto de la compañía de Manuel Martínez para la zarzuela en 1778 y que fue el siguiente: Nicolasa Palomera, soprano en el papel de Violante; Miguel Garrido, Pipo, personaje que en la versión italiana lo interpreta un barítono y en la castellana un tenor; Sebastian Briñoli como Don Lelio ; «la Caramba», Menica; Diego Coronado en el papel de Fabricio y Antonio de Robles como Anselmo. Este nuevo éxito -¡repetición del primero!- hizo revivir la fama del autor, antes de que sus futuros triunfos vieneses (Il burbero di buon cuore, Una cosa rara y L’arbore di Diana) trajeran su nombre a España en los años ochenta y noventa. Para la adaptación de la partitura y del texto, Martínez recurrió, muy probablemente, al músico y poeta barcelones, Pablo Esteve y Grimau (h. 1734-1794), a la sazón director de la orquesta en el Coliseo de la Cruz.
Todo lo antes dicho permite pensar que El tutor burlado, inteligentemente rebautizada como La madrileña, bien pudo ser una de las adaptaciones que realizara Esteve para el teatro comercial de la época. Este tipo de transformación y en particular la de El tutor no prentende ser un ejemplo de fidelidad literaria, sino, más bien, un reflejo de la práctica teatral. Las particellas de los instrumentos que se conservan corresponden a la versión castellana de la obra y en ellas se pueden encontrar referencias a los cantantes de la compañía de Manuel Martínez, sustituyendo a veces el título de las arias por el apellido del solista vocal (v.g. «Rezdo. Sr. Garrido», «Sra. Caramba Allto.», «Sra. Nicolasa Allº»…). La partitura general de la obra está en italiano y entre las arias existen recitados «al estilo italiano», o sea con un acompañamiento de un instrumento armónico y otro melódico grave (costumbre que deriva de la utilización del bajo continuo en los años inmediatamente precedentes). La adaptación de la obra del año 1778 al castellano se hizo sobre el mismo original, añadiendo intercalado el texto castellano, suprimiendo los recitados por partes habladas y modificando o sustituyendo algunas de las arias.
© Víctor Pagán / Carles Magraner
Información adicional
Peso | 110 g |
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